1. Las historias: Si algo bueno tiene el cine clásico es que hay películas para todos los gustos: desde apasionadas historias de amor como la que viven los protagonistas de 'Casablanca' (1942) hasta el más excéntrico terror de 'La novia de Frankenstein' (1935) o las escurridizas andanzas de gángsters y timadores de 'El golpe' (1973). Además, durante estos años se rodaron muy buenas adaptaciones de míticos libros como 'A sangre fría' (1967), basada en la novela homónima de Truman Capote o 'Al este del Edén' (1955), adaptación del famoso libro del premio Nobel John Steinbeck.
Julie Harris y James Dean en 'Al este del Edén' |
Paul Newman, el galán irrepetible |
Marilyn era (y es) única |
4. La moda: Uno de los secretos de estos enigmáticos actores era, sin duda, su estilo. Y es que hay películas que son un espectáculo exquisito en cuanto a moda se refiere, como es el caso de 'Desayuno con diamantes' (1961), que refleja los lujos y el glamour de la sociedad neoyorquina de la época y que coronó a Audrey Hepburn como un icono de la moda y el estilo.
Audrey Hepburn ('Breakfast at Tiffany´s') |
5. Doblaje: Aunque no hay que perder la oportunidad de disfrutar de los clásicos en versión original, algunas de las versiones dobladas me parecen fascinantes y, al ser remasterizadas para mejorar su calidad de imagen y sonido, volvieron a ser dobladas, perdiendo esa "magia" de las voces de entonces. Con esto no quiero menospreciar a nuestros actores de doblajes actuales, que son auténticos genios del cine, pero creo que los personajes de las películas clásicas deberían seguir hablando como aquellos que les dieron voz en su día.
6. La música: Ya no es solo que el cine clásico nos haya regalado películas musicales maravillosas como 'Sonrisas y lágrimas' (1965), sino que algunas producciones eran acompañadas de impresionantes bandas sonoras que perduran hasta nuestros días, como la famosísima BSO de 'Ben-Hur', las entrañables canciones de 'Mary Poppins' o la mítica canción Moon River interpretada por Audrey Hepburn en 'Desayuno con diamantes'.
7. Efectos especiales: A lo mejor este punto os parece irónico, puesto que los efectos especiales del cine han ido mejorando con el paso del tiempo, pero estoy hablando en serio. Precisamente el hecho de que los directores trabajaran con pocos recursos y las tecnologías no estuviesen tan avanzadas como actualmente, añaden aún más mérito a los efectos especiales antiguos. Además, aunque algunos destacan por su cutrez, resultan de lo más graciosos y llamativos para los espectadores actuales. Y es que, ¿a quién no le ha sacado una sonrisa las artificiales cuchilladas de la escena de la ducha de 'Psicosis' (1960)?