Mostrando entradas con la etiqueta información. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta información. Mostrar todas las entradas

sábado, 10 de marzo de 2012

Para aquellos que dudan del Periodismo


No es difícil escuchar críticas. Críticas sobre todo y sobre nada. Críticas, al fin y al cabo.
Uno de los temas que parecen más atractivos para convertirlo en víctima de esta práctica es el Periodismo.
Cientos y miles de dardos envenenados se dirigen a la nuca de los periodistas, los únicos que no parecen hacer bien su trabajo.
Muchos identifican la prensa con un agujero negro que absorbe el mundo hacia las cenizas, hacia el polvo, hacia la nada.

Pero, ¿por qué razón la profesión periodística es demonizada?

A pesar de que, si Dios quiere, en un futuro me dedicaré a esta profesión con la que llevo soñando desde que jugaba a las muñecas, he de reconocer que el periodismo se ha ido degradando poco a poco.
En lo que llevo de curso, parece que muchos profesores se empeñan en sacar a relucir los defectos de esta profesión y de augurar un futuro desastroso para aquellos infelices que se atrevan a ejercerla. Sin embargo, aunque no comparto en absoluto esta visión catastrófica y pesimista (ya que, el pesimismo no lo comparto en ninguno de sus estados), hay ciertos puntos que me causan cierta tristeza y nostalgia por aquella época dorada en la que el periodista era "el guardián", un héroe capaz de enfrentarse a las noches de luna llena sediento de información que entregar con satisfación a sus lectores.

Como bien dice uno de mis profesores, muchos periodistas ya no son "cerditos truferos", no patean la calle. Y digo muchos y no todos (por si acaso alguien se ve tentado de generalizar, la práctica más atractiva y equivocada que existe). Pero para qué mentir, Internet nos ha brindado todo tipo de oportundiades y ventajas, pero también ha hecho más comodos los sillones y butacas, consiguiendo que muchos periodistas permanezcan en sus casas recopilando y difundiendo como robots información ya obtenida y masticada por otros. Y, sin duda, esto es un gran error, un periodista no debe encerrarse en el mundo offline y olvidarse de desgastar las suelas de sus zapatos en busca de testimonios reales y cercanos con los que elaborar información de una calidad de cinco estrellas.

Esa tendencia a desarrollar la labor frente a la pantalla de un ordenador ha desprestigiado la profesión, extendiendo la creencia de que los periodistas ya no son activos, que su trabajo apenas tiene utilidad pues son meros recopiladores de información. Qué poca razón tienen esas palabras...
Como ya he repetido centenares de veces, que precisamente la infomación brote como los tréboles en Irlanda a nuestro alrededor no quiere decir que ya estemos informados. Precisamente la importancia de la figura del periodista ve acrecentada su importancia, pues su responsabilidad aumenta al tener que ordenar, analizar, desechar, seleccionar, interpretar y difundir la información que encuentra por todos los rincones de la red y, sobre todo, de la calle.
Además, aunque no cabe duda de que "salir a la calle no está de moda", insisto en que hay que evitar la tendencia a generalizar, pues considero que al hacerlo se está invisibilizando y ofendiendo a aquellos periodistas que sí se implican con lo que hacen, que aman su trabajo y que se entregan en cuerpo y alma en la búsqueda de jugosas noticias de interés general que no sólo informen, sino que alimenten.

No obstante, esta decandencia que parece estar sufriendo el periodismo parece verse paliada por la situación mundial y actual. Ya lo han dicho muchos medios: El 2011 ha sido el año de las revoluciones. Y, coincidiendo con TIME, "el manifestante" ha sido la persona del año. 15-M, la Primavera Árabe o la ocupación de Wall Street son algunos ejemplos del despertar de una sociedad que decide no conformarse con ver como el sistema degrada sus derechos y sale a la calle para protestar por su causa. Ante esto, la figura del periodista se encuentra con la ardua tarea de integrarse en estos movimientos para realmente comprenderlos y transmitirlos al público. El periodismo humano y los corresponsales en países en situaciones alarmantes son algunos ejemplos del "rescate" que puede estar viviendo la profesión. Me explico: ante la figura del periodista autómata que teclea frenéticamente las teclas de su portátil recopilando datos de las agencias de noticias revive la concepción romántica del periodismo, el héroe que sale a las calles y se arriesga para llegar al núcleo del tema, para conseguir la auténtica verdad de los hechos, para recoger experiencias. Creo que esto está lavando de alguna manera la enturbiada imagen de la profesión pues, realmente sin la labor de los periodistas, las luchas de la plaza de Tahrir o las manifestaciones en Sol no traspasarían las fronteras de los países y la causa local no se transformaría en una lucha global.

Por citar algún ejemplo, me gustaría destacar a Marie Colvin, periodista estadounidense que entregó su vida a los disparos y bombardeos de Homs a cambio de contar al mundo las injusticias y horrores que se vivían en la zona.

Lara Logan es otro ejemplo del tradicional "periodista intrépido y valiente", pues no tuvo miedo de viajar a Egipto para informar de la cruda realidad oriental y de la lucha que llevaban a cabo los ciudadanos. Sin embargo, a duras penas pudo ejercer su trabajo, pues sin previo aviso fue atacada por cientos de rebeldes que la violaron masivamente. Tras este horror que vivió la periodista, permaneció cuatro días hospitalizada, aunque las heridas del recuerdo jamás se curarían.

Estos sólo son algunos ejemplos de periodistas que arriesgan su vida por conocer mejor el mundo y poder enseñárnoslo a todos. ¿Merecen, por tanto, que se desprestigie, critique y demonice la profesión por la que han entregado su vida y su alma?

Por tanto, aunque solamente existiera en el mundo un sólo periodista que se recorre las calles y se expone a multitud de peligros; sólo por él, hay que guardar el máximo respeto hacia esta profesión. Un poco de empatía y sentido común, por favor.





Firmado: Lidia

viernes, 17 de febrero de 2012

Periodísticamente hablando

Día 17 de febrero de 2012. Además de ser el cumpleaños de una buena amiga mía, es el día en el que empiezo a escribir en mi blog y, como creo que debe hacerse, me presentaré y os explicaré por qué nació en mi cerebro la idea de crearme un blog.

Como ya pone en mi perfil, me llamo Lidia Baños y estudio la carrera que, a mi parecer, es la más entregada y especial de todas. Aunque supongo que todo el mundo ama lo que estudia (o quizá no). En mi caso, me preparo para ser periodista. ¿Qué tipo de periodista? Todavía tiene que pasar un tiempo para aprender y ordenar mis ideas, pero lo cierto es que soy una enamorada de la concepción romántica del periodismo. Puede que pocos crean en ello, pero yo sí. Si hay una palabra que me defina es optimista, y por mucho que me hayan repetido cientos, miles y millones de veces que ".. el periodismo no tiene salidas, la cosa está muy mal", me encaminé a esta aventura. Para qué mentir, ¡todo está mal! Estamos inmersos en una crisis mundial que en mi país, España, se traduce en abismales cifras de paro. Pero no por ello hay que ser temerosos. No por ello hay que rendirse. Simplemente hay que luchar por lo que sueñas. Y eso es lo que intento hacer día tras día.

Pero, ¿y la idea de hacerse un blog? Vivimos en la era de Internet, de las TIC y de las redes sociales. Por mucho que lo nieguen algunos anticuados y refunfuñones reacios a los cambios y a leer una pantalla en vez de un papel, es necesario adaptarse a esta nueva etapa de la Humanidad. Por esta razón, no encontré mejor manera que esta para expresarme y transmitir a todo aquel que quiera dedicar su precioso tiempo a leerme. Soy ambiciosa a la par que soñadora pero, sobre todo, adoro escribir. Adoro hablar y escribir. Me gusta expresarme, informarme, aprender, disentir, debatir. Y me encanta conocer a gente similar a mí. Pero todavía más a personas dispares a mi personalidad pues, mi apetito de conocimiento es insaciable.

¿Firmado: Lidia? Realmente barajaba varios nombres para el blog, pero este resultó ser el elegido. La explicación reside, una vez más, en mis sueños. Uno de mis sueños (que ojalá se cumpla alguna vez) es escribir en un periódico y que mi nombre aparezca bajo la noticia, entrevista, reportaje o artículo de opinión. Y, ¿por qué no empezar aquí?

Sin embargo, mi objetivo no es ser un canal, un medio. Creo que las personas que identifican a un periodista como un simple canal se equivocan. Puede que lo diga parezca paradójico, pero me explico: en mi opinión, un periodista no debe limitarse a ser un transmisor de información, pues información la hay a montones. De hecho, vivimos rodeados de sobreinformación, de gigantescas cantidades de datos que en ocasiones nos abruman y desorientan, impidiéndonos entender lo verdaderamente importante. Por ello, creo que un periodista no debe limitarse a transmitir información a la sociedad, sino que debe implicarse, debe hacer un esfuerzo por entender y sacar conclusiones de la información y ofrecer al público una interpretación de calidad. Los periodistas estamos al servicio de la sociedad y es nuestro deber hacerles la vida más fácil y cómoda, ayudando así a constituir una democracia transparente y con una esfera pública en la que todos nos impliquemos para conocer los problemas que nos competen e intentar resolvernos de la mejor manera posible.

Intentaré escribir de forma frecuente, ofreciendo mi opinión sobre temas de actualidad y asuntos de interés público. Pero sobre todo, intentaré escribir de una forma cercana y real, porque a veces no importa tanto lo que se dice, sino cómo se dice.
Y es que, ya lo decía McLuhan tiempo atrás: "El medio es el mensaje".

Firmado: Lidia.