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sábado, 4 de julio de 2015

El cinismo de criticar las redes sociales en las redes sociales


No sé si soy la única que tiene la sensación de que está de moda criticar por criticar. Ser hater, vamos. Que si Halloween es una fiesta extranjera y no debería celebrarse en España, que si somos una sociedad muy consumista, que si mereces la muerte si te gusta One Direction, que si eres una provocadora por llevar escote, que si eres un provocador por hacerte una foto sin camiseta, que si eres un facha porque no te gusta Podemos, que si eres un rojo porque criticas al PP... ¡Y así estamos siempre!

Estas críticas suelen volcarse en las redes sociales, por lo que a veces Twitter se convierte en un hervidero de amargura y Facebook en un espacio de listillos que deciden que el programa que tú ves es una basura o que la sociedad actual apesta porque se llevan los pantalones pesqueros. Y claro, a veces da un poco de grima navegar entre tanta negatividad.

Últimamente, uno de los blancos más comunes de estos dardos acusatorios es Internet. El argumento de estos "nostálgicos" -aunque yo emplearía otra palabra- es que antes de Internet, todo iba mejor. Sí, antes de Internet nos lo pasábamos mejor, éramos menos vagos y hasta mejores personas. Ahora somos una sociedad viciosa y corrompida, entregada a la pervesión de las redes sociales. Y, por supuesto, también son terribles los móviles y aplicaciones como WhatsApp. Pero si ya hablamos de Facebook y Twitter... Que si somos unos pesados en las redes sociales, que si subimos demasiadas fotos, que si a nadie le importa que hayamos cenado calamares y un muy largo etcétera. Por esa regla de tres, a lo mejor a mí no me importan estas críticas, unas críticas que, por cierto, se hacen en las mismas redes sociales que denominan "malignas". Y hasta desde un smartphone, ese aparatito demoníaco que según muchos corrompe nuestras mentes. ¿No os parece un poco hipócrita?

Seamos claros: Internet y las redes sociales tienen sus pros y sus contras, como todo en esta vida, pero los pros son muchísimos más. ¿O acaso todos los que criticáis la tecnología mediante parrafadas filosóficas desconectaríais el router de vuestra casa o estaríais una semana sin móvil? Por no hablar de los que defienden que la gente que sube fotos personales a la Red no tiene una vida feliz o no disfruta del momento. Creedme, se puede disfrutar perfectamente de un amanecer o de una cena con amigos e inmortalizar el momento para compartirlo con tus amigos internautas. Y no, no por subir una foto hay que ser un narcisista o no tener vida social en el mundo offline. Simplemente, el mundo actual no podría entenderse sin esta nueva forma de comunicación que no podemos ignorar. Escribir cartas es genial y reivindico seguir haciéndolo, una tarea que no es incompatible con enviar un mensaje privado a un amigo en Facebook o hacer retweet a un comentario que te parece interesante. En serio.

Con todo esto quiero decir que hay que frenar esa actitud de Grinch que se queja de todo y de todos. Se prejuzga demasiado y con mucha frecuencia, y eso es un error .más que tuitear que has comido un huevo frito o que te gusta Camela-.


'Her' (2014)


domingo, 24 de agosto de 2014

Sobre cubos de agua y doble moral


Seguro que muchos de vosotros conocéis la enfermedad ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). Seguro que sabéis que es una enfermedad que provoca parálisis muscular y que cada vez va a peor. Y que puede desembocar en la muerte. Y que la sufren muchas personas. Pero, realmente, ¿desde cuándo lo sabéis? Porque al menos yo, he conocido esta enfermedad hace un par de semanas. Bueno, sabía que Stephen Hawking (el paciente más "famoso" de ELA) estaba muy enfermo, pero no que era uno de los afectados de estas temidas siglas. Y he sabido y sentido curiosidad por esta enfermedad al ver a una serie de personas que se echaban cubos de agua helada en la cabeza. ¡Cubos de agua! Menuda chorrada, ¿no? Y encima se graban y lo suben a Internet. ¿Para qué? Pues, entre otras cosas, para que personas como yo que no teníamos ni idea de esta enfermedad, nos percatáramos de su existencia y, sobre todo, nos sensibilizáramos con los seres humanos que la sufren.

Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones de esta campaña viral (conocida como Ice Bucket Challenge) que pretende recaudar donaciones para las asociaciones que trabajan con personas que padecen ELA y concienciar a la sociedad, ha sido muy criticada. Y cada uno es libre de criticar lo que quiera, yo también soy libre de criticar a los que critican. Sobre todo a esos que parece que no hacen otra cosa que criticar. A esos que utilizan las redes sociales solo para quejarse y para transmitir negatividad. La principal objeción es la siguiente: "En vez de tanto cubo de agua para quedar de buena persona en Internet, dona dinero". Bien, eso es cierto. El objetivo principal es donar. Pero, ¿qué saben todos esos listillos de Twitter si esa persona que se echa encima un cubo de agua (entre los que destacan famosos como David Beckham, Lewis Hamilton e, incluso, Bill Gates) ha donado? De hecho, se supone que en eso consiste el reto, en "mojarse" por los enfermos del ELA, hacer una donación y "nominar" a otras personas para que el desafío se extienda. Y sí, puede que haya famosos que acepten el reto y suban el vídeo por "postureo" y nunca sabremos si han llegado a donar o no, pero lo que está claro es que el hecho de que Justin Bieber se grabe echándose un cubo de agua encima no va a hacer daño a nadie. Porque lo que haga Justin Bieber, Shakira o Cristiano Ronaldo se hace viral. Interesa a mucha gente, ya sea porque nos guste ese personaje famoso o porque le repudiemos. Pero la cuestión es que la gente lo ve. Y si la gente ve esos vídeos, conocerá la enfermedad. Puede que busque información acerca de ella o puede que no, pero al menos ha pensado durante unos segundos sobre esa enfermedad y sobre las personas que la tienen. Y creo que esta campaña mundial gratuita no hace daño a nadie. E incrementa las donaciones por narices. Y ayuda a hacer visible un problema. Ayuda a personas.



El problema es que hay mucha gente que parece que disfruta criticando cualquier iniciativa que intente cambiar algo. Pesimistas que creen que nada se puede hacer por mejorar el mundo, aunque solo sea un poco. Y lo gracioso es que muchas de esas personas que critican a los famosos que hacen este reto supuestamente por "dar una buena imagen", muchas veces son los mismos que comparten fotos en Facebook de perros magullados o niños entubados (fotos muy desagradables e innecesarias) con el propósito de conseguir likes y de parecer solidarios. Un like no va a ayudar a un bebé con problemas de corazón ni va a curar las heridas de un perro maltratado. Un compromiso por parte de la sociedad para dar a conocer una enfermedad de una forma agradable y simpática, sí. Así que basta ya de dar lecciones de doble moral. Cada uno se compromete con una causa como desea. ¿Qué más os da que sea con un cubo de agua helada? Al menos ya se ha dado un paso más. Al menos ya se está haciendo algo. Y sinceramente, ojalá surjan más campañas de este tipo. Ojalá a los famosos les de por tirarse cubos de pintura o por ponerse camisetas de un color determinado para concienciar sobre el cáncer. O sobre el maltrato animal. O sobre la violencia de género. O sobre el Síndrome de Asperger. Y a quién no le guste, que no mire.

domingo, 3 de junio de 2012

Universidad, una experiencia.

Cuando éramos pequeños, nos imaginábamos la Universidad de mil maneras que, posiblemente, no coincidan con la realidad que estamos conociendo.
Al igual que muchos de vosotros, este ha sido mi primer año de Universidad, un año en el que mi formación ha dado un giro considerable y me ha formado más y mejor como estudiante e incluso como persona. Como estudiante por el nuevo abanico de contenidos que se ha abierto ante mis ojos, nuevas posibilidades que explorar dentro del ámbito que me apasiona (en mi caso, el Periodismo). Como persona porque, al conocer a gente de todos los puntos de España y de todo tipo de ideologías, pensamientos, etc, aprendes a ser más tolerante y más curioso en cuanto a conocer distintos estilos de vida, creencias, opiniones, etc.

Introduciéndome más concretamente en mi carrera, Periodismo, he de decir (y con toda la modestia posible) que a pesar de ser mi primer año he aprendido bastantes cosas, o al menos esa es mi impresión. Desde la esencia de la profesión que siempre ha de conservarse (implicación, búsqueda de fuentes fidedignas, lo humano en la información, etc.) hasta la utilidad de las nuevas tecnologías y las redes sociales en la práctica periodística (capacidad de feedback con los lectores, utilizar lo multimedia para atraer e impactar, etc.). Aunque algunas asignaturas han sido más pesadas, he de reconocer que están bastante relacionadas con mi carrera, al igual que otras asignaturas me han descubierto otras caras del Periodismo que no conocía.
Por otro lado, en este nuevo año he puesto en práctica mis recién adquiridos conocimientos en la revista Be Yourself (en la que escribo reportajes), y lo haré en un futuro muy cercano en el periódico digital Objetivo Periodismo. Estas colaboraciones que hago por el amor al arte me están enseñando bastante, y espero que en un futuro me sirvan para ser una auténtica profesional.

Eso sí, a pesar de lo que creo que estoy aprendiendo en mi primer contacto con la Universidad, he de reconocer que a veces resulta agobiante (sobre todo por el esfuerzo exigido por el Plan Bolonia, del que ya hablamos en una entrada anterior), es decir, que no os creáis que en la Universidad os pasaréis el día jugando al mus y de fiesta, porque eso es una utopía creada por las típicas películas americanas....

Concretamente en mi caso, he de decir que estoy muy orgullosa de los compañeros con los que me ha tocado "convivir" estos 8 meses, pues todos tienen algo que puede aportar al Periodismo y, sobre todo, a la vida. Ojalá en un futuro todos acabemos la carrera sin problemas y podamos trabajar en lo que nos gusta.

Y, por último, animar a todo el que lea esto a que estudie una carrera (si realmente le apetece dedicarse a ello) y a que disfrute de esta experiencia. Por desgracia, cada vez es más costoso acceder a la Universidad, pues las tasas han alcanzado precios desorbitados que no todas las familias pueden pagar (mientras que están disminuyendo las becas de todo tipo). Es una de las cosas que más me indigna del panorama español actual, pues creo que no habría que tocar bajo ningún concepto los pilares del estado de bienestar, aquellos que levantan y levantarán nuestro país: Sanidad y Educación.

Sea como sea, no acepto el pesimismo como animal de compañía, y creo firmemente que la situación evolucionará a un estado más sostenible y beneficioso para todos los españoles y que, por suerte, cada vez más gente tendrá la oportunidad de asistir a la Universidad. Creer no cuesta nada...

sábado, 10 de marzo de 2012

Para aquellos que dudan del Periodismo


No es difícil escuchar críticas. Críticas sobre todo y sobre nada. Críticas, al fin y al cabo.
Uno de los temas que parecen más atractivos para convertirlo en víctima de esta práctica es el Periodismo.
Cientos y miles de dardos envenenados se dirigen a la nuca de los periodistas, los únicos que no parecen hacer bien su trabajo.
Muchos identifican la prensa con un agujero negro que absorbe el mundo hacia las cenizas, hacia el polvo, hacia la nada.

Pero, ¿por qué razón la profesión periodística es demonizada?

A pesar de que, si Dios quiere, en un futuro me dedicaré a esta profesión con la que llevo soñando desde que jugaba a las muñecas, he de reconocer que el periodismo se ha ido degradando poco a poco.
En lo que llevo de curso, parece que muchos profesores se empeñan en sacar a relucir los defectos de esta profesión y de augurar un futuro desastroso para aquellos infelices que se atrevan a ejercerla. Sin embargo, aunque no comparto en absoluto esta visión catastrófica y pesimista (ya que, el pesimismo no lo comparto en ninguno de sus estados), hay ciertos puntos que me causan cierta tristeza y nostalgia por aquella época dorada en la que el periodista era "el guardián", un héroe capaz de enfrentarse a las noches de luna llena sediento de información que entregar con satisfación a sus lectores.

Como bien dice uno de mis profesores, muchos periodistas ya no son "cerditos truferos", no patean la calle. Y digo muchos y no todos (por si acaso alguien se ve tentado de generalizar, la práctica más atractiva y equivocada que existe). Pero para qué mentir, Internet nos ha brindado todo tipo de oportundiades y ventajas, pero también ha hecho más comodos los sillones y butacas, consiguiendo que muchos periodistas permanezcan en sus casas recopilando y difundiendo como robots información ya obtenida y masticada por otros. Y, sin duda, esto es un gran error, un periodista no debe encerrarse en el mundo offline y olvidarse de desgastar las suelas de sus zapatos en busca de testimonios reales y cercanos con los que elaborar información de una calidad de cinco estrellas.

Esa tendencia a desarrollar la labor frente a la pantalla de un ordenador ha desprestigiado la profesión, extendiendo la creencia de que los periodistas ya no son activos, que su trabajo apenas tiene utilidad pues son meros recopiladores de información. Qué poca razón tienen esas palabras...
Como ya he repetido centenares de veces, que precisamente la infomación brote como los tréboles en Irlanda a nuestro alrededor no quiere decir que ya estemos informados. Precisamente la importancia de la figura del periodista ve acrecentada su importancia, pues su responsabilidad aumenta al tener que ordenar, analizar, desechar, seleccionar, interpretar y difundir la información que encuentra por todos los rincones de la red y, sobre todo, de la calle.
Además, aunque no cabe duda de que "salir a la calle no está de moda", insisto en que hay que evitar la tendencia a generalizar, pues considero que al hacerlo se está invisibilizando y ofendiendo a aquellos periodistas que sí se implican con lo que hacen, que aman su trabajo y que se entregan en cuerpo y alma en la búsqueda de jugosas noticias de interés general que no sólo informen, sino que alimenten.

No obstante, esta decandencia que parece estar sufriendo el periodismo parece verse paliada por la situación mundial y actual. Ya lo han dicho muchos medios: El 2011 ha sido el año de las revoluciones. Y, coincidiendo con TIME, "el manifestante" ha sido la persona del año. 15-M, la Primavera Árabe o la ocupación de Wall Street son algunos ejemplos del despertar de una sociedad que decide no conformarse con ver como el sistema degrada sus derechos y sale a la calle para protestar por su causa. Ante esto, la figura del periodista se encuentra con la ardua tarea de integrarse en estos movimientos para realmente comprenderlos y transmitirlos al público. El periodismo humano y los corresponsales en países en situaciones alarmantes son algunos ejemplos del "rescate" que puede estar viviendo la profesión. Me explico: ante la figura del periodista autómata que teclea frenéticamente las teclas de su portátil recopilando datos de las agencias de noticias revive la concepción romántica del periodismo, el héroe que sale a las calles y se arriesga para llegar al núcleo del tema, para conseguir la auténtica verdad de los hechos, para recoger experiencias. Creo que esto está lavando de alguna manera la enturbiada imagen de la profesión pues, realmente sin la labor de los periodistas, las luchas de la plaza de Tahrir o las manifestaciones en Sol no traspasarían las fronteras de los países y la causa local no se transformaría en una lucha global.

Por citar algún ejemplo, me gustaría destacar a Marie Colvin, periodista estadounidense que entregó su vida a los disparos y bombardeos de Homs a cambio de contar al mundo las injusticias y horrores que se vivían en la zona.

Lara Logan es otro ejemplo del tradicional "periodista intrépido y valiente", pues no tuvo miedo de viajar a Egipto para informar de la cruda realidad oriental y de la lucha que llevaban a cabo los ciudadanos. Sin embargo, a duras penas pudo ejercer su trabajo, pues sin previo aviso fue atacada por cientos de rebeldes que la violaron masivamente. Tras este horror que vivió la periodista, permaneció cuatro días hospitalizada, aunque las heridas del recuerdo jamás se curarían.

Estos sólo son algunos ejemplos de periodistas que arriesgan su vida por conocer mejor el mundo y poder enseñárnoslo a todos. ¿Merecen, por tanto, que se desprestigie, critique y demonice la profesión por la que han entregado su vida y su alma?

Por tanto, aunque solamente existiera en el mundo un sólo periodista que se recorre las calles y se expone a multitud de peligros; sólo por él, hay que guardar el máximo respeto hacia esta profesión. Un poco de empatía y sentido común, por favor.





Firmado: Lidia

viernes, 17 de febrero de 2012

Periodísticamente hablando

Día 17 de febrero de 2012. Además de ser el cumpleaños de una buena amiga mía, es el día en el que empiezo a escribir en mi blog y, como creo que debe hacerse, me presentaré y os explicaré por qué nació en mi cerebro la idea de crearme un blog.

Como ya pone en mi perfil, me llamo Lidia Baños y estudio la carrera que, a mi parecer, es la más entregada y especial de todas. Aunque supongo que todo el mundo ama lo que estudia (o quizá no). En mi caso, me preparo para ser periodista. ¿Qué tipo de periodista? Todavía tiene que pasar un tiempo para aprender y ordenar mis ideas, pero lo cierto es que soy una enamorada de la concepción romántica del periodismo. Puede que pocos crean en ello, pero yo sí. Si hay una palabra que me defina es optimista, y por mucho que me hayan repetido cientos, miles y millones de veces que ".. el periodismo no tiene salidas, la cosa está muy mal", me encaminé a esta aventura. Para qué mentir, ¡todo está mal! Estamos inmersos en una crisis mundial que en mi país, España, se traduce en abismales cifras de paro. Pero no por ello hay que ser temerosos. No por ello hay que rendirse. Simplemente hay que luchar por lo que sueñas. Y eso es lo que intento hacer día tras día.

Pero, ¿y la idea de hacerse un blog? Vivimos en la era de Internet, de las TIC y de las redes sociales. Por mucho que lo nieguen algunos anticuados y refunfuñones reacios a los cambios y a leer una pantalla en vez de un papel, es necesario adaptarse a esta nueva etapa de la Humanidad. Por esta razón, no encontré mejor manera que esta para expresarme y transmitir a todo aquel que quiera dedicar su precioso tiempo a leerme. Soy ambiciosa a la par que soñadora pero, sobre todo, adoro escribir. Adoro hablar y escribir. Me gusta expresarme, informarme, aprender, disentir, debatir. Y me encanta conocer a gente similar a mí. Pero todavía más a personas dispares a mi personalidad pues, mi apetito de conocimiento es insaciable.

¿Firmado: Lidia? Realmente barajaba varios nombres para el blog, pero este resultó ser el elegido. La explicación reside, una vez más, en mis sueños. Uno de mis sueños (que ojalá se cumpla alguna vez) es escribir en un periódico y que mi nombre aparezca bajo la noticia, entrevista, reportaje o artículo de opinión. Y, ¿por qué no empezar aquí?

Sin embargo, mi objetivo no es ser un canal, un medio. Creo que las personas que identifican a un periodista como un simple canal se equivocan. Puede que lo diga parezca paradójico, pero me explico: en mi opinión, un periodista no debe limitarse a ser un transmisor de información, pues información la hay a montones. De hecho, vivimos rodeados de sobreinformación, de gigantescas cantidades de datos que en ocasiones nos abruman y desorientan, impidiéndonos entender lo verdaderamente importante. Por ello, creo que un periodista no debe limitarse a transmitir información a la sociedad, sino que debe implicarse, debe hacer un esfuerzo por entender y sacar conclusiones de la información y ofrecer al público una interpretación de calidad. Los periodistas estamos al servicio de la sociedad y es nuestro deber hacerles la vida más fácil y cómoda, ayudando así a constituir una democracia transparente y con una esfera pública en la que todos nos impliquemos para conocer los problemas que nos competen e intentar resolvernos de la mejor manera posible.

Intentaré escribir de forma frecuente, ofreciendo mi opinión sobre temas de actualidad y asuntos de interés público. Pero sobre todo, intentaré escribir de una forma cercana y real, porque a veces no importa tanto lo que se dice, sino cómo se dice.
Y es que, ya lo decía McLuhan tiempo atrás: "El medio es el mensaje".

Firmado: Lidia.