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lunes, 26 de diciembre de 2016

Mi 2016 en libros

2016 está llegando a su fin y somos muchos los que suspiramos aliviados. Y es que en este año han fallecido artistas muy queridos como Prince, George Michael, Leonard Cohen o el gran David Bowie. A pesar de todo, creo firmemente en el dicho que asegura que se puede obtener algo positivo de todo, incluso de un año tan malogrado como 2016. Podría escribir el típico texto en el que, además de hacer balance del año, se expresan los propósitos y las metas que uno se plantea para 2017, pero creo que esos objetivos tenemos que marcárnoslos día a día e intentar cumplirlos en cada momento. Hay que soñar, desear y luchar por esos deseos siempre, no solo


No obstante, una forma bonita de despedir 2016 sin caer en frases rimbombantes es a través de los libros. Para todo lector insaciable al que le interese, he seleccionado los 10 libros que más me han marcado en este año. A disfrutar y... ¡a leer!



10. El perfume (Patrick Süskind, 1985)

Entre los nauseabundos hedores de la Francia del siglo XVIII, nació un ser capaz de fabricar las fragancias más deleitosas. ¿Su método? Asesinar a las mujeres más bellas de París para obtener de sus cuerpos su perfume.

Este argumento un tanto macabro me llamaba mucho la atención y, por eso, El perfume era uno de mis libros pendientes desde hacía años. La verdad es que no me equivoqué. Süskind consigue un universo de aromas a partir de la palabra y además es autor de uno de los desenlaces más impactantes que jamás he leído. Su adaptación cinematográfica de 2006 también es muy recomendable, sobre todo porque en ella podemos ver a Alan Rickman, otro de los genios que nos han dejado en 2016.

9. Los hombres que no amaban a las mujeres (Stieg Larsson, 2005)

A pesar de su éxito mundial, nunca había leído ningún libro de la saga Millenium. Este año probé suerte con el primer volumen, Los hombres que no amaban a las mujeres, y lo cierto es que me enganché muchísimo. No se trata de la típica novela policíaca de la literatura sueca, sino de toda una denuncia a la violencia machista y a todos los abusos que sufren las mujeres por razón de género. Lisbeth Salander es un personaje maravilloso e inspirador.

8. Territorio comanche (Arturo Pérez-Reverte, 1994)

Aunque Pérez-Reverte no me cae nada bien (no porque lo conozca personalmente, sino por el machismo que desprende en algunos artículos y publicaciones en redes sociales), tengo que reconocer que es un gran narrador. Este libro se lo recomiendo especialmente a todos los compañeros que, como yo, han estudiado Periodismo. Pérez-Reverte plasmó su experiencia como reportero de guerra en este reportaje hecho libro, un bello homenaje a una de las profesiones más peligrosas y valientes en el que también hay espacio para recordar a algunos corresponsales que perdieron la vida haciendo su trabajo.

7. La naranja mecánica (Anthony Burgess, 1962)

Violencia, sexo y cinismo se unen en una de las obras maestras literarias del siglo XX. Para escribir esta sátira social, Burgess utilizó el Nadsat, una jerga futurista inventada por él mismo. Merece la pena conocer este lenguaje de cerca y también el final de la novela, que curiosamente es muy distinto al que mostró Stanley Kubrick en la película homónima. 

6. El mundo amarillo (Albert Espinosa, 2008)

Seguro que a más de uno que está leyendo estás líneas, el cáncer le ha tocado de cerca, ya sea afectando a algún ser querido o a él mismo. Pero incluso de una enfermedad tan brutal como es el cáncer se puede sacar algo positivo, algo que Albert Espinosa relata en esta mezcla de manual y autobiografía. Miraréis la vida de otra manera y valoraréis las pequeñas cosas de vuestro día a día tras conocer la experiencia de Albert.

5. Misery (Stephen King, 1987)

Que Stephen King es un genio no es ninguna novedad, y es que muchas de las películas de terror más aclamadas de la Historia del cine como El resplandor o It, están basadas en sus novelas. Si os gusta el género de terror, Misery es una historia que os atrapará y os hará contener el aliento hasta las últimas páginas. Como no podía ser de otra manera, Misery también fue llevada al cine en 1990 con una brillante Kathy Bates como protagonista.

4. Rebeldes (Susan Eloise Hinton, 1967)

Si la nostalgia os puede y adoráis películas como Grease, no podéis perderos este libro sobre bandas callejeras y jóvenes rebeldes llenos de sueños. Susan Eloise Hinton publicó esta novela cuando solo tenía 18 años y quizá por eso resulte tan realista y conmovedora. También hay película de este libro y, lo mejor de todo es que está protagonizada por eternos rebeldes sin causa como Rob Lowe, Matt Dillon, Tom Cruise y Patrick Swayze.

3. Harry Potter y el legado maldito (J.K Rowling, Jack Thorne y John Tiffany)

Llegamos ya a la cúspide de este ranking y lo hacemos con el regreso de Harry Potter. Quién me conoce sabe cuánto amo esta saga, así que no me pudo hacer más ilusión tener la posibilidad de leer nuevas aventuras de Harry, Ron y Hermione, esta vez como adultos. En general, las críticas sobre este libro no son muy buenas, pero es que no se puede comparar con los anteriores ya que, para empezar, ha sido concebido como obra de teatro. A pesar de eso, es fácil empatizar con personajes nuevos como Scorpius, el hijo de Draco Malfoy. También disfruté muchísimo con las referencias a personajes que murieron a lo largo de la saga.

2. Martes con mi viejo profesor (Mitch Albom, 1997)

Cuando sufres la pérdida de un ser querido muy cercano, tu vida cambia por completo y piensas mucho más en la muerte y en cómo puede afectarte a ti y a tu círculo personal. En esta novela, el periodista Mitch Albom narra una experiencia personal con la muerte. Al enterarse que su antiguo profesor universitario estaba muriéndose de ELA, Mitch decidió visitarle cada martes y hablar sobre la muerte y el sentido de la vida. Es una historia real y preciosa cargada de enseñanzas y emoción.

1. Tokio blues (Haruki Murakami, 1987)

Lo mejor de Murakami es que en sus libros describe escenas y hechos cotidianos con un lenguaje cargado de sensibilidad y delicadeza. El escritor japonés también reflexiona sobre la muerte, pero de una forma muy natural, describiéndola como algo intrínseco a la vida, y no ajeno. Este libro ha sido mi gran descubrimiento literario de 2016 y me ha hecho pensar y llorar a partes iguales.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Despidiendo al 2015



No hay marcha atrás: 2015 se marcha para no volver jamás. Como es costumbre, llega la hora de hacer balance, rememorar momentos y soltar el típico discursito emotivo agradeciendo el cariño a los amigos y lo bien que te lo han hecho pasar. Pero yo no os puedo engañar. Mi 2015 no ha sido malo y, de hecho, estaba acabando bastante bien profesionalmente hablando. Se me presentan nuevos retos, tengo familia y amigos que me quieren y muchos sueños en la cabeza. Visto así, parece que he caído en el discurso cursi, ¿no? Puede ser, no voy  negarlo, pero lo que quiero decir es que, a veces, la vida decide cambiar de rumbo sin avisarte. La vida, esa que te permite seguir existiendo y que te da alegrías, puede arrancarte el alma en cuanto le plazca. Y a mí me ha arrancado un trocito de mí al llevarse a mi abuela. Hacía ya algún tiempo que no vivía las navidades con la misma ilusión de cuando era niña, pero esta pérdida me ha dejado definitivamente un regusto muy amargo. Jamás miraré a la Navidad con los mismos ojos.

La vida sigue y no espera. Los que pierden siempre son los que se van, aunque los que nos quedemos sigamos sufriendo. Pero, al fin y al cabo, continuamos con nuestra rutina, acudimos al trabajo, hacemos planes con nuestros amigos, seguimos viendo la televisión, nos hacemos fotografías y nos reímos de tonterías. Sería hipócrita y absurdo no hacerlo. Aunque todo sea dicho, te sientes incompleto y algo roto, y sabes que nunca podrás repararte del todo.

No tengo propósitos para el nuevo año. No quiero hacer más promesas que incumplir. Esta vez, quiero fijarme metas y llegar a ellas con acciones. Esta vez, quiero cambiar las palabras por hechos. Por supuesto que os deseo salud, amor y dinero, pero también me gustaría tomarme la libertad de daros un consejo: no dejéis para mañana lo que podáis hacer hoy. Y no me refiero a estudiar para un examen o planchar la ropa, sino pequeños detalles como decir 'te quiero' a alguien que te importa, hacer una llamada o tener un detalle bonito. Hacedlo, porque puede que llegue el día en el que esa persona no esté. Y os aseguro que entonces será demasiado tarde.