Estas críticas suelen volcarse en las redes sociales, por lo que a veces Twitter se convierte en un hervidero de amargura y Facebook en un espacio de listillos que deciden que el programa que tú ves es una basura o que la sociedad actual apesta porque se llevan los pantalones pesqueros. Y claro, a veces da un poco de grima navegar entre tanta negatividad.
Últimamente, uno de los blancos más comunes de estos dardos acusatorios es Internet. El argumento de estos "nostálgicos" -aunque yo emplearía otra palabra- es que antes de Internet, todo iba mejor. Sí, antes de Internet nos lo pasábamos mejor, éramos menos vagos y hasta mejores personas. Ahora somos una sociedad viciosa y corrompida, entregada a la pervesión de las redes sociales. Y, por supuesto, también son terribles los móviles y aplicaciones como WhatsApp. Pero si ya hablamos de Facebook y Twitter... Que si somos unos pesados en las redes sociales, que si subimos demasiadas fotos, que si a nadie le importa que hayamos cenado calamares y un muy largo etcétera. Por esa regla de tres, a lo mejor a mí no me importan estas críticas, unas críticas que, por cierto, se hacen en las mismas redes sociales que denominan "malignas". Y hasta desde un smartphone, ese aparatito demoníaco que según muchos corrompe nuestras mentes. ¿No os parece un poco hipócrita?
Seamos claros: Internet y las redes sociales tienen sus pros y sus contras, como todo en esta vida, pero los pros son muchísimos más. ¿O acaso todos los que criticáis la tecnología mediante parrafadas filosóficas desconectaríais el router de vuestra casa o estaríais una semana sin móvil? Por no hablar de los que defienden que la gente que sube fotos personales a la Red no tiene una vida feliz o no disfruta del momento. Creedme, se puede disfrutar perfectamente de un amanecer o de una cena con amigos e inmortalizar el momento para compartirlo con tus amigos internautas. Y no, no por subir una foto hay que ser un narcisista o no tener vida social en el mundo offline. Simplemente, el mundo actual no podría entenderse sin esta nueva forma de comunicación que no podemos ignorar. Escribir cartas es genial y reivindico seguir haciéndolo, una tarea que no es incompatible con enviar un mensaje privado a un amigo en Facebook o hacer retweet a un comentario que te parece interesante. En serio.
Con todo esto quiero decir que hay que frenar esa actitud de Grinch que se queja de todo y de todos. Se prejuzga demasiado y con mucha frecuencia, y eso es un error .más que tuitear que has comido un huevo frito o que te gusta Camela-.
'Her' (2014) |